Llevar un libro a la pantalla es una tarea que resulta ardua y arriesgada, pues no siempre se puede hacer un calco de todas y cada una de las páginas y de las escenas que estas contienen. Por eso, es muy común que veamos las adaptaciones a sabiendas de que se habrán tomado más de una licencia, modificando, inventando y/o eliminado partes de la trama. En algunos casos, podemos ignorar este hecho y disfrutar de la película o serie, sea por el motivo que sea. Pocas veces encontramos una adaptación casi perfecta, aunque sí que existen (aquí tenéis la entrada en la que hablo de mis preferidas). Sin embargo, por mucho que nos preparemos mentalmente, hay ocasiones en las que la historia que conocemos está tan destrozada que hasta sentimos como nos hierve la sangre y no podemos aguantar lo que estamos viendo.
La presente entrada está dedicada por entero a esas versiones que no se asemejan en nada a las novelas en las que están basadas y que, por lo tanto, han hecho que no pudiera pasar por alto los cambios realizados.
Antes que nada, quiero aclarar que las siguientes críticas están centradas en resaltar las diferencias entre libro y adaptación, así que espero que nadie se sienta ofendido/a por lo que voy a decir. Ahora sí, abramos paso a los horrores.
Encabezando la lista y por derecho propio, El Hobbit, una trilogía supuestamente basada en el libro de J. R. R. Tolkien y de la cual podría escribir una entrada completa porque se parecen lo que un huevo a una castaña. Debo empezar diciendo que son tres películas y el libro ronda las 300 páginas (dependiendo de la edición) y que este último no es un derroche de acción trepidante, así que ambos aspectos nos dan una pista de que hay licencias y muchas.
La primera de ellas es la trama de Azog, el orco blanco que persigue a Thorin clamando venganza. Este orco sí que existe dentro del mundo de la Tierra Media, pero su historia termina antes de los sucesos que tienen lugar en la aventura que emprende Bilbo. Por lo tanto, las escenas relacionadas con él son inventadas y sirven para alargar las películas. El Nigromante también es un caso especial porque Gandalf sí que habla de él en un par de ocasiones, aunque solo de pasada y no se ve si lucha contra él, como tampoco se hace referencia a Sauron.
Por otro lado, la aparición de Legolas me dejó patidifusa. Tolkien no menciona a este elfo en ningún momento, lo que demuestra que querían unir a toda costa esta trilogía con la de El señor de los anillos. Lo mismo ocurre con la primera escena de la primera película en la que sale Frodo. El libro comienza con una introducción en la que se comenta la vida de los hobbits e inmediatamente después se produce una conversación entre Bilbo y Gandalf. Hago un inciso aquí para recordar que El Hobbit fue creado por el autor con el único propósito de entretener a sus hijos y que es tras el éxito de su publicación cuando cobra vida la secuela.
Otro impactante cambio es el amor que surge entre dos de los personajes, una relación metida a calzador que no concuerda con la esencia de este cuento infantil. De hecho, uno de esos dos personajes ni siquiera está en el libro. Os aseguro que podría seguir y seguir y hablaros del momento con los trolls, de la participación de las águilas, de Galadriel y Saruman, pero creo que con estos ejemplos ha quedado todo bien claro. En conclusión, la novela de El Hobbit no tiene adaptación y no estaría nada mal que se animaran a hacerle justicia a esta magnifica historia.
La siguiente película es una catástrofe de grandes proporciones y apuesto a que Anne Rice está de acuerdo. La Reina de los Condenados adapta en una única película Lestat el Vampiro y La Reina de los Condenados, dos libros de considerable tamaño en los que se cuenta el recorrido de este emblemático vampiro desde sus más tiernos inicios y en los que hay una amplia variedad de personajes y tramas que se van acoplando. En menos de dos horas no se puede aglutinar tanta información y en estos dos volúmenes pasan una infinidad de acontecimientos que no están bien reflejados en la película o que ni siquiera están. No estoy muy segura de si llegaron a leer los libros o un resumen largo de los mismos, pero lo que sí sé es que los desaprovecharon.
Uno de los problemas de esta versión es que tiene un ritmo muy acelerado y trata por encima la mayoría de los acontecimientos, privándoles de la profundidad que les otorga Anne Rice. Esta autora tiene una gran capacidad narrativa y va hilando un acontecimiento tras otro hasta formar una estructura ensamblada y en la película es algo que no se aprecia. Además, se centra en aspectos que son pura creación de los responsables y que ni siquiera guardan relación con las novelas, como sería el caso de un romance en concreto.
No obstante, de la gran cantidad de modificaciones que podemos encontrarnos, la más destacada es la eliminación total de la historia de las gemelas. Es una parte extremadamente fundamental porque es la que da respuesta a la interminable pregunta que se hace Lestat, es el punto final de su gran búsqueda y en la película ni siquiera hacen una leve referencia. Así que, básicamente, quitaron la base en la que se sostiene la tercera entrega de Crónicas Vampíricas.
Asimismo, se echa en falta los puntos de vista de personajes como Marius, Daniel, Baby Jenks y Jesse y las tramas de muchos otros que no aparecen. Con todo esto quiero decir que no son novelas para una sola película. ¿Algo bueno de la adaptación? La BSO y nada más.
No solo hay fallos a la hora de llevar un libro a la gran pantalla, también hay series que pecan de lo mismo. And Then There Were None (Diez Negritos) de Agatha Christie recibió una pequeña estocada por parte de la BBC, algo que jamás pensé que ocurriría. Los cambios no son tan imperdonables como en los anteriores casos pero no tienen sentido alguno y es algo que choca mucho viniendo de una cadena reconocida por sus buenas adaptaciones.
Si hay algo que caracteriza las novelas de esta autora es la fluidez de las mismas. Hace que sean absorbentes, impactantes y muy ligeras, presentando a los personajes y contando las historias de forma directa y sencilla. Por el contrario, la miniserie es densa y lenta, plagada de momentos de silencio y miradas con la intención de crear tensión. Por supuesto, no podía faltar la tensión sexual entre los más apuestos del grupo, algo que Agatha Christie ni siquiera insinúa. Pero las modificaciones que realmente cuestan de comprender son aquellas relativas a los secretos de los diez personajes y a las circunstancias en las que mueren. Sigo preguntándome qué necesidad había para tales cambios y creo que nunca obtendré la respuesta.
Por último, Harry Potter y el Misterio del Príncipe, la película de la que más me cuesta hablar. De verdad que me duele mencionarla porque me encanta el universo creado por J. K. Rowling y es complicado ser objetiva, pero no puedo cerrar los ojos ante lo mal adaptado que está el sexto libro de esta estupenda saga. Siendo honesta, las tres primeras películas son las únicas más fieles a la fuente original mientras que las otras restantes se van distanciando y hay más licencias. Si destaco justamente esta es porque se desvía bastante del verdadero núcleo de la novela.
La autora centra la trama en la historia de Voldemort, viajando por sus recuerdos con el propósito de que Harry conozca mejor a su adversario y encuentre las pistas necesarias para acabar con él. Sin embargo, en la película parece que le dan más relevancia a las relaciones amorosas entre el alumnado que a la lucha que se cierne sobre ellos, eliminando escenas de gran envergadura. En el libro también aparece representado el amor a esa edad, pero no está rodeado de un ambiente tan jovial como ocurre en la adaptación. Entiendo que quisieran darle un toque algo divertido con algunas conversaciones graciosas, pero no era el momento oportuno para hacerlo considerando los terribles sucesos que se van desarrollando tanto dentro como fuera de Hogwarts.
Por otro lado, hay que mencionar las incoherencias que se dan debido a la modificación y supresión de acontecimientos. En primer lugar, el nulo protagonismo que tienen los Dursley está completamente fuera de lugar debido al papel que juegan dentro de la novela (ya sabéis a lo que me refiero). Segundo y unido al anterior ejemplo, la irracionalidad de que Harry esté solo en una cafetería cuando su archienemigo está por ahí haciendo de las suyas. Y por último, ¿qué función cumple que Draco Malfoy vaya vestido con un traje negro? Son cosas sin sentido.
Estas son las adaptaciones que se me ocurren por el momento. Si estáis de acuerdo conmigo o no, o si conocéis otras igual de estrepitosas o peor, ya sabéis que dejar comentarios es gratis 😉.
La primera de ellas es la trama de Azog, el orco blanco que persigue a Thorin clamando venganza. Este orco sí que existe dentro del mundo de la Tierra Media, pero su historia termina antes de los sucesos que tienen lugar en la aventura que emprende Bilbo. Por lo tanto, las escenas relacionadas con él son inventadas y sirven para alargar las películas. El Nigromante también es un caso especial porque Gandalf sí que habla de él en un par de ocasiones, aunque solo de pasada y no se ve si lucha contra él, como tampoco se hace referencia a Sauron.
Por otro lado, la aparición de Legolas me dejó patidifusa. Tolkien no menciona a este elfo en ningún momento, lo que demuestra que querían unir a toda costa esta trilogía con la de El señor de los anillos. Lo mismo ocurre con la primera escena de la primera película en la que sale Frodo. El libro comienza con una introducción en la que se comenta la vida de los hobbits e inmediatamente después se produce una conversación entre Bilbo y Gandalf. Hago un inciso aquí para recordar que El Hobbit fue creado por el autor con el único propósito de entretener a sus hijos y que es tras el éxito de su publicación cuando cobra vida la secuela.
Otro impactante cambio es el amor que surge entre dos de los personajes, una relación metida a calzador que no concuerda con la esencia de este cuento infantil. De hecho, uno de esos dos personajes ni siquiera está en el libro. Os aseguro que podría seguir y seguir y hablaros del momento con los trolls, de la participación de las águilas, de Galadriel y Saruman, pero creo que con estos ejemplos ha quedado todo bien claro. En conclusión, la novela de El Hobbit no tiene adaptación y no estaría nada mal que se animaran a hacerle justicia a esta magnifica historia.
La siguiente película es una catástrofe de grandes proporciones y apuesto a que Anne Rice está de acuerdo. La Reina de los Condenados adapta en una única película Lestat el Vampiro y La Reina de los Condenados, dos libros de considerable tamaño en los que se cuenta el recorrido de este emblemático vampiro desde sus más tiernos inicios y en los que hay una amplia variedad de personajes y tramas que se van acoplando. En menos de dos horas no se puede aglutinar tanta información y en estos dos volúmenes pasan una infinidad de acontecimientos que no están bien reflejados en la película o que ni siquiera están. No estoy muy segura de si llegaron a leer los libros o un resumen largo de los mismos, pero lo que sí sé es que los desaprovecharon.
Uno de los problemas de esta versión es que tiene un ritmo muy acelerado y trata por encima la mayoría de los acontecimientos, privándoles de la profundidad que les otorga Anne Rice. Esta autora tiene una gran capacidad narrativa y va hilando un acontecimiento tras otro hasta formar una estructura ensamblada y en la película es algo que no se aprecia. Además, se centra en aspectos que son pura creación de los responsables y que ni siquiera guardan relación con las novelas, como sería el caso de un romance en concreto.
No obstante, de la gran cantidad de modificaciones que podemos encontrarnos, la más destacada es la eliminación total de la historia de las gemelas. Es una parte extremadamente fundamental porque es la que da respuesta a la interminable pregunta que se hace Lestat, es el punto final de su gran búsqueda y en la película ni siquiera hacen una leve referencia. Así que, básicamente, quitaron la base en la que se sostiene la tercera entrega de Crónicas Vampíricas.
Asimismo, se echa en falta los puntos de vista de personajes como Marius, Daniel, Baby Jenks y Jesse y las tramas de muchos otros que no aparecen. Con todo esto quiero decir que no son novelas para una sola película. ¿Algo bueno de la adaptación? La BSO y nada más.
No solo hay fallos a la hora de llevar un libro a la gran pantalla, también hay series que pecan de lo mismo. And Then There Were None (Diez Negritos) de Agatha Christie recibió una pequeña estocada por parte de la BBC, algo que jamás pensé que ocurriría. Los cambios no son tan imperdonables como en los anteriores casos pero no tienen sentido alguno y es algo que choca mucho viniendo de una cadena reconocida por sus buenas adaptaciones.
Si hay algo que caracteriza las novelas de esta autora es la fluidez de las mismas. Hace que sean absorbentes, impactantes y muy ligeras, presentando a los personajes y contando las historias de forma directa y sencilla. Por el contrario, la miniserie es densa y lenta, plagada de momentos de silencio y miradas con la intención de crear tensión. Por supuesto, no podía faltar la tensión sexual entre los más apuestos del grupo, algo que Agatha Christie ni siquiera insinúa. Pero las modificaciones que realmente cuestan de comprender son aquellas relativas a los secretos de los diez personajes y a las circunstancias en las que mueren. Sigo preguntándome qué necesidad había para tales cambios y creo que nunca obtendré la respuesta.
Por último, Harry Potter y el Misterio del Príncipe, la película de la que más me cuesta hablar. De verdad que me duele mencionarla porque me encanta el universo creado por J. K. Rowling y es complicado ser objetiva, pero no puedo cerrar los ojos ante lo mal adaptado que está el sexto libro de esta estupenda saga. Siendo honesta, las tres primeras películas son las únicas más fieles a la fuente original mientras que las otras restantes se van distanciando y hay más licencias. Si destaco justamente esta es porque se desvía bastante del verdadero núcleo de la novela.
La autora centra la trama en la historia de Voldemort, viajando por sus recuerdos con el propósito de que Harry conozca mejor a su adversario y encuentre las pistas necesarias para acabar con él. Sin embargo, en la película parece que le dan más relevancia a las relaciones amorosas entre el alumnado que a la lucha que se cierne sobre ellos, eliminando escenas de gran envergadura. En el libro también aparece representado el amor a esa edad, pero no está rodeado de un ambiente tan jovial como ocurre en la adaptación. Entiendo que quisieran darle un toque algo divertido con algunas conversaciones graciosas, pero no era el momento oportuno para hacerlo considerando los terribles sucesos que se van desarrollando tanto dentro como fuera de Hogwarts.
Por otro lado, hay que mencionar las incoherencias que se dan debido a la modificación y supresión de acontecimientos. En primer lugar, el nulo protagonismo que tienen los Dursley está completamente fuera de lugar debido al papel que juegan dentro de la novela (ya sabéis a lo que me refiero). Segundo y unido al anterior ejemplo, la irracionalidad de que Harry esté solo en una cafetería cuando su archienemigo está por ahí haciendo de las suyas. Y por último, ¿qué función cumple que Draco Malfoy vaya vestido con un traje negro? Son cosas sin sentido.
Estas son las adaptaciones que se me ocurren por el momento. Si estáis de acuerdo conmigo o no, o si conocéis otras igual de estrepitosas o peor, ya sabéis que dejar comentarios es gratis 😉.
Coincido contigo en el Hobbit...
ResponderEliminar¡Hola! Es que destrozaron el libro de la peor de las maneras.
EliminarUn beso :)